La
represión como norma, la violación como método, la violencia como forma de
vida...
Leemos
en los periódicos venezolanos la muerte de un niño de 14 años, quien salía al
patio de su Instituto donde cursaba estudios. Después de su clase de biología,
fue interceptado por dos "malandros" quienes no sólo le quitaron sus
pertenencias, le robaron la vida.
Con sólo
14 años...
Creo que
muchos no podemos quitar de nuestra memoria aquel niño de también 14 años quien
se vio sorpresivamente entre una manifestación y la represión con tanques y
armas por parte de miembros de la Guardia Nacional. Un cuerpo que debería
protegernos, pero ha quedado para sembrar miedo, terror y muerte.
No puedo
evitar mi dolor, indignación e impotencia al saber cómo asesinaron a unos
padres frente a dos niñas de 7 y 3 años, previo secuestro para luego intentar
quemarlas vivas.
Hechos
como estos llenan las noticias en esa Venezuela donde gobierna el
CastroChavismo, la que ha sido asesorada por Monedero, Iglesias y compañía.
Hace dos
días se hizo pública la entrevista concedida por Lilian Tintori y por Antonieta
Mendoza, esposa y madre de Leopoldo López, respectivamente, uno de los más de
70 presos políticos de la dictadura, a quien mantienen aislado, y que sabemos
también ha sido torturado en diferentes ocasiones.
Esta vez
Tintori y Mendoza relataron la vejación ocurrida frente a los hijos de López y
Tintori, de 6 y 3 años. Algo vergonzoso y humillante que se sucede con extrema frecuencia
en las cárceles venezolanas, a personas "anónimas" quienes deben
"pagar" de diferentes maneras para poder ver a sus familiares.
Los
hechos se sobrevienen uno tras otro, casi atropelladamente, pasando por
nuestros ojos para convertirse en un número más de la fatídica estadística de
esta dictadura que azota el país desde 1999.
No
podemos olvidar otros nombres, como María Afiuni, presa injustamente por ejercer su
papel de juez, quien fue violada y
torturada. Franklin Brito, a quien despojaron de sus pertenencias y ante el
reclamo de éstas luego de una huelga de hambre fue secuestrado en el Hospital
Militar en Caracas en donde murió lejos de sus familiares.
No
debemos dejar de recordar los estudiantes que permanecen en La Tumba, esa
cárcel 5 pisos bajo tierra, con luz artificial las 24 horas del día, con aire
acondicionado a bajas temperaturas. Sin visitas, sin comunicación...
Entretanto,
la comunidad internacional pareciera sorprendida por lo que ahora ocurre,
aunque se mantiene inmutable, inamovible ante tanto. Continúan las estadísticas
y la dictadura del NarcoEstado al mando.
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