viernes, 23 de enero de 2015

Venezuela, mañana es 23 de enero.



Mañana es 23 de enero. Es una de esas fechas que marcan, cuando me niego a olvidar lo que ha sido mi patria. Mi Venezuela, la de siete estrellas, la que vivió en la democracia mejor valorada de los años 60's, 70's, 80' y si me apuran, comparándole con el momento actual, los 90's. 
Esa patria tan nombrada con el adjetivo de "bolivariana", en minúscula. 
Porque han prostituido el nombre de Simón Bolívar, un grande, con enormes virtudes, hazañas inimaginables para una época y lugares hermosos pero inhóspitos para todo cuanto realizó. Sí, también muchísimos defectos. Un hombre, como muchos o como ninguno, quien tuvo a su lado a tantos otros, Antonio José de Sucre, Rafael Urdaneta, José Félix Ribas, José Antonio Páez, Antonio Nariño, Francisco de Paula Santander, Andrés Bello, Simón Rodríguez, Atanasio Girardot, entre otros. 
Sin dejar de mencionar mujeres quienes dejaron la vida en ello, Luisa Cáceres de Arismendi, Eulalia Ramos de Chamberlain, Josefa Joaquina Sánchez, Josefa Camejo, Cecilia Mujica, Manuela Sáenz. 

Nombres que me vienen a la memoria, de esa HISTORIA en mayúsculas, que se inició mucho antes de 1810 con el Generalísimo Francisco de Miranda. A inicios del siglo XIX esos españoles, llamados blancos criollos realizaron hazañas que hoy, en las mismas condiciones muy pocos podrían llevar a cabo. La Campaña Admirable, con el paso de los Andes o la Batalla de la Victoria y la de Ayacucho, por mencionar sólo tres ejemplos que nos muestran lo que fueron y llegaron a dar por sus principios y convicciones. 
Pero después de la sanguinaria y dura dictadura de Marcos Pérez Jiménez, La Democracia, entre altibajos durante la primera parte del siglo XX, fue retomada un 23 de enero de 1958. Fue un ejemplo para muchos países, hizo que exiliados, emigrantes de diferentes puntos del planeta miraran hacia Venezuela, una tierra emergente, con un pueblo sano, alegre y abierto. Se recibieron sin preguntar creencias políticas, o incluso religión, a muchos que huían, buscaban un destino mejor, para ellos y los suyos. 

Mucho se ha hablado, y mal de unos hechos que nos llenarían de orgullo patrio si supiéramos cómo ocurrieron. Lo primero, es que esa oposición contra la dictadura, desde dentro y fuera de las fronteras se unió por un interés común, donde los estudiantes tuvieron un papel protagónico, como también muchos políticos quienes firmaron el llamado Pacto de Punto Fijo. La separación de poderes, garantía de alternabilidad, respeto a los DDHH, desarrollo, entre otros muchos puntos, estaba siendo garantizado por los líderes de diferentes áreas del país. 
No debemos ni podemos olvidar obras de gran envergadura, como la Represa del Guri y la red eléctrica del país. La tercera en su momento en magnitud, la primera por población a la que servía. Sería de necios negar los avances que se dieron en educación, industria, comercio, vías terrestres y aéreas. La creación de PDVSA, el Metro de Caracas, entre otras muchas que se llegaron a realizar. 
Sí, otras tantas quedaron en el tintero o fueron realizadas parcialmente porque la corrupción minó un acuerdo histórico, que llevaría a Venezuela a disfrutar de 40 años de democracia ininterrumpida. 

A mi modo de ver, sería de idiotas no admitir que esa corrupción a todos los niveles tuvo influencia, y mucha, en que llegara Hugo Chávez al poder, usando medios democráticos para instaurar una dictadura, que en tiempo récord ha llevado a Venezuela a niveles de miseria que no había conocido. Un genocidio en todas sus formas, desde el sagrado derecho a la vida. Los DDHH no existen. La seguridad alimentaria es un mito. 
Van 16 años un régimen que ha destruido todo el aparato productivo y que ha auspiciado la violencia, armando "colectivos urbanos", tupamaros, guerrilla que mata, asesina sin piedad. Conllevando a la emigración nunca vista, la más grande y única en nuestra historia hacia lugares lejanos. El exilio como tarjeta de entrada, como forma de vida está en casi todas las familias venezolanas. 

Es ahora, cuando ya las condiciones han llegado a límites insospechados, pero con la sensación de una oquedad infinita, que los medios de comunicación se hacen eco de lo que ocurre. Después del silencio cómplice informativo por años. 
Es ahora, cuando se han acabado las dádivas, los regalos, el dinero a manos llenas, los sobres, sueldos, maletines, petróleo gratis, uranio, hierro. De un personaje que gritaba a los cuatro vientos, que manoteaba su personalidad, un Chávez que sólo podrá pasar a la historia como el gran responsable de todo este desastre, cuando se "percatan" de lo que ha venido ocurriendo en Venezuela. 
Es ahora cuando el mundo se da cuenta de los extraños vínculos establecidos por el Castro-Chavismo, con la FARC como respaldar, con "repúblicas", países que no parecieran tener con nuestra forma de ser, nuestras costumbres, cuando se sienten amenazados, que miran a Venezuela. Y se revelan vínculos con partidos, cuya gesta ha sido pagada con el dinero de los venezolanos. Aparecen recibos, pagos por trabajos de dudosa moralidad y ética, de los cuales ahora quieren desmarcarse.
Es ahora, cuando las largas e interminables colas llenan esa Venezuela que antes recibía a todo quien llegaba, a trabajar en el país. 
Es ahora, cuando se cuentan por miles y miles los muertos por violencia, cuando no hay medicamentos, ni productos de primera necesidad que Venezuela es noticia, tristemente es noticia. 

Paralelamente, esta misma semana aparecen declaraciones del músico venezolano Dudamel, director de la Orquesta Simón Bolívar, durante su gira por Europa. Desde Madrid dijo "La música es un derecho en Venezuela", agradeciendo a Chávez y demás miembros del actual régimen. Ante todo cuanto ocurre, esa realidad que viven los venezolanos día a día, me pregunto: 
¿Qué le decimos a tantos que han muerto defendiendo sus derechos? 
¿Qué le decimos a los presos políticos y de conciencia? 
¿Qué le decimos a todos quienes en medio de esta "sensación" de inseguridad han perdido sus bienes, o peor la vida? 
¿Qué les decimos a aquellos quienes han tenido que replantearse la vida fuera de su tierra? 
¿Que tienen derecho a la Música?
Quiero recordar que el llamado "sistema" fue creado justamente durante ese período democrático que tanto han difamado, en el gobierno de Luis Herrera Campins, siendo Ministro de la Inteligencia Luis Alberto Machado (Revolución de la Inteligencia), poniendo al frente al Maestro Abreu (Premio Príncipe de Asturias). 

Ese sistema ha sido exportado a diferentes países con gran éxito. Un producto venezolano del cual podemos sentirnos orgullosos. 


Pero aparte de ese grato recuerdo, ese HOY terrible, abstractamente indescriptible de nuestra historia nubla cualquier acción por más hermosa que parezca, si no son portavoces de lo que ocurre con los conciudadanos, en el momento más obscuro de la era republicana de Venezuela. 
Veo a estos músicos y se asemejan cada día más a los del Titanic. Se hunde un gran barco, con su gente desesperados por encontrar "la salida", mientras ellos tocan preciosas piezas, llevando por el mundo el renombrado sistema. Uno que se escucha desafinado ante tanto
Cada día en esa "tierra de gracia" hay un pueblo que busca "la salida". Sólo espero que la dirección cambie, que aparezca otro 23 de enero en nuestra historia, porque Venezuela se lo merece. Recuperar la democracia que una vez tuvimos, no perfecta, pero si mejorable. Sin olvidar nunca cuanto nos ha ocurrido.  

Mañana es 23 de enero. 
Viva la Patria, Viva Venezuela. 

“El lugar más recóndito y oscuro del infierno está reservado para aquellos que en momentos de crisis permanecen neutrales” Dante Alighieri

Barcelona, 22 de enero de 2015.





viernes, 16 de enero de 2015

#InMemoriam. Por las víctimas del terrorismo.


Les dejo la introducción de Félix de Castro, @bucker125, al post de Vicente Jiménez, @parnasillo. 

… Buen criterio y muchísimo sentido común que deja en evidencia a TODOS los siniestros actores del terrorismo cometido en España y/o  en contra de  españoles donde quiera que se encuentren. Este es un análisis de los que no les falta ni sobra una coma, fiel reflejo, además, del estado de ánimo de  Vicente, su autor: indignación de la de verdad y tristeza profunda, pero NUNCA resignación ante estos hechos consumados.
Y, repito, retrata a TODOS los actores que intervienen en el sainete: por supuesto el terrorista que aprieta el gatillo, las autoridades que dentro y fuera de las instituciones le apoyan con negociaciones, pactos, o puestas en libertad, y el clero afín que no se sabe bien si le bendice o se limita a reírle las gracias; en resumen…
¡CLAVADO!


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Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Antonio Machado
En ésta nuestra querida España ya hemos sido castigados por la brutalidad terrorista demasiadas veces y disponemos de una luctuosa y terrible experiencia: la violencia ha amasado en su infecto lodo de intolerancia, crimen, xenofobia, muerte, asesinato y racismo un reguero de sangre y horror en estado puro.  El terrorismo no solo ha causado dolor a toda una sociedad de bien sino que ha sacrificado víctimas inocentes (todas las víctimas son inocentes sin distinción) en esa España que nos hiela el corazón. Y nos hiela el corazón porque Machado jamás debió ni imaginar que la perversidad más oscura llegaría a superar en semejantes cotas a la que él mismo debió de conocer: jamás un terrorista debería haber conseguido rentabilidad política, ni financiación, ni negociación ni uno solo de sus objetivos totalitarios. Cada vez que nos ha azotado durante los últimos cuarenta años hemos sentido ese nudo en el corazón y un océano de tristeza nos ha embargado junto a la rabia, el dolor y la impotencia. Lo hemos sufrido tantas veces en España pero nadie de bien ha llegado a olvidar y acostumbrarse. La sombra de los cipreses es muy larga en la noche del desconsuelo.
Y cuando comparamos las vergonzosas insinuaciones culpando a las víctimas y victimizando a los criminales en estos últimos treinta años uno siente una gran desazón y vacío en el estómago: uno se avergüenza de vivir en esta España porque bajo el falso manto de la libertad de expresión y la vergonzosa y claudicante corrección política los pusilánimes y acomplejados gobiernos han permitido que los terroristas se sientan héroes ante sus deshumanizados acólitos. Han permitido la lacra. Permitir el crimen o permitir reuniones secretas en Perpignan sin que el politicastro oportunista de turno acabe con sus huesos en la cárcel por apología y exaltación del terrorismo es un crimen de Estado. Permitir que los terroristas sean recibidos como héroes o reciban dinero público que yo pago con mis impuestos es un crimen de Estado y una cobardía. Cuando ETA atentaba yo no compraba ningún periódico. No quería que nadie se lucrase con la sangre de aquellas víctimas que jamás serían resarcidas del horror, la humillación y la vergüenza. En vez del acto de Estado condecorando a los policías muertos que ha brindado Francia a sus fuerzas de seguridad y sus ciudadanos, nuestros policías eran enterrados sin reconocimiento social: sin el agradecimiento que su inmenso sacrificio merecía. Ese reconocimiento estaba en los bien nacidos, pero nunca lo pudimos exteriorizar.
Fueron los medios quienes contribuyeron a alimentar al monstruo porque lo que buscaban los terroristas era protagonismo y los medios de comunicación se lo proporcionaban puntualmente: las primeras páginas de todos los periódicos principales anunciaban el crimen en primera página. No con mi dinero. El que el gobierno entregaba a los asesinos por medio de partidos políticos y asociaciones con mis impuestos no lo podía controlar, pero ese día ningún periódico ganó dinero conmigo.
Este pueblo bobalicón compraba todavía más periódicos el día del atentado sin percatarse que estaba beneficiando a los terroristas. Si todos hubiésemos castigado a los medios se hubiesen tenido que tragar la noticia y puede que se hubiesen salvado muchas vidas. Los periódicos de EEUU realizaron el 11S un pacto patriótico para no publicar ni una sola foto de la muerte. Jamás leí una sola noticia o vi una imagen que beneficiase a los criminales. Esas luctuosas noticias hubiesen merecido un comentario en nuestros medios, pero de cuatro líneas insertadas en el lugar menos importante del diario. Hemos tenido editores sin conciencia y gobiernos pusilánimes que no le han parado los pies a los gobiernos autonómicos traidores que coqueteaban con los terroristas. La pluma tiene mucha fuerza y el Estado más. Hemos tenido gobiernos que han mantenido a nacionalistas lucrándose obscenamente del sudor del trabajo de los
españoles cuando lo fácil hubiese sido anular las autonomías desleales. Hemos tenido gobernantes pero nunca hombres de Estado como lo fueron un Lincoln, un De Gaulle o un Churchill. Simplemente hubiesen tenido que aplicar la Constitución. Y cuanto más se les daba a los enemigos de la libertad más desleales se tornaban y más impulso cogían. Solo a un ignorante que no entiende ni sabe nada de historia ni del origen de los nacionalismos se le ocurre la estupidez de que a un chantajista lo contentas dándole todo y más y más, porque nunca se saciará y el nacionalismo no es más que chantaje de Estado y sometimiento de la sociedad civil.
Y viendo la movilización que ha tenido lugar en París no se puede dejar de considerar con cierta admiración la reacción de nuestra vecina nación levantada, todos a una, contra los criminales. Y por supuesto, todo bien nacido se une en el dolor con Francia porque no hay víctimas de primera ni de segunda categoría. No hay justificación: ese debiera haber sido el lema durante estos treinta años..., no hay justificación. Quienes justifican el terrorismo no están ejerciendo la libertad de expresión sino que son reos del delito de enaltecimiento y apología del terrorismo. Llamemos a las cosas por su nombre y sin complejos. Pero dentro del dolor ante los espantosos sucesos que han azotado a nuestro país vecino, uno tampoco puede dejar de plantearse ciertas cuestiones. Cómo se entiende a los del 98 cuando decían que España les dolía. Ya lo creo que duele.
¿Es que los policías, guardias civiles y militares asesinados de la forma más cobarde y cruel por  terroristas desalmados merecen menos consideración que las otras víctimas asesinadas con igual crueldad y cobardía en Francia? ¿Es que hay víctimas de primera y de tercera? ¿En qué tipo de mundo esquizofrénico quieren hacernos vivir?
Sólo queda admirar cómo han tratado los franceses a los terroristas y la solución final que han recibido los criminales: pero en España tendríamos a toda una fauna tan desalmada como los mismos terroristas organizando manifestaciones para tildar hipócritamente de asesinos a nuestra policía por haber acribillado a tiros a los terroristas. Esa gentuza prefiere ver caer a un honrado padre de familia que se está ganando el pan y el de su familia protegiéndonos a nosotros y arriesgando heroicamente su vida antes que un terrorista sufra un pequeño rasguño y tengamos que ponerle una tirita. Esa España que te hiela el corazón está plagada de esa infecta plaga que no se diferencia en nada con la que alaba al terrorismo yihadista. Una plaga que se hace fotos junto a terroristas y después quiere presentarse para gobernar España. Esa parte de la España cainita que te hiela el corazón pero ya casi a 0ºK (es el cero absoluto, ausencia total de calor) tiene en mayor consideración al canalla que secuestra o pega un tiro en la nuca porque al fin y al cabo el acto criminal lo había cometido un chicarrón; puede que demasiado expeditivo y algo equivocado en los métodos, pero según los partidos nacionalistas acertados en los objetivos sabinianos. Queda justificado así organizar manifestaciones y declaraciones cuyo evento vomitan esos grandes medios para apoyar a los terroristas cuando la justicia los coloca donde se merecen.
En esta España que te hiela el corazón las víctimas se han tenido que organizar porque el Estado los ha dejado desamparados y tenían que enterrar casi en la clandestinidad a sus muertos asesinados, y las familias de las víctimas eran condenadas al ostracismo y la amenaza por una población demasiado asustada y cobarde para apoyar a los verdaderos mártires y donde los mismos curas, en demasiadas ocasiones, se negaban a llevar a cabo los oficios religiosos al cadáver porque justificaban y aplaudían en sus sermones las proclamas de Sabino Arana. Y claro, vas tirando del hilo y te empiezas a preguntar si en realidad existe mucha diferencia o no entre esos curas que enaltecen el terrorismo y los imanes que llaman a la yihad: ambos llenos de rencor, odio, intolerancia y fanatismo. Ambos prometiendo el cielo para quienes asesinan. Ambos ordenando el asesinato.
En esta España que te hiela el corazón no hay muchas diferencias si hablamos de integrismos. La carroña huele en todas partes y curas del infierno los hay en todas partes: el infierno lo tenemos aquí y sus representantes triunfan en esta España que te hiela el corazón por debajo ya del cero absoluto, aunque esa temperatura no exista en la naturaleza pero sí en el corazón.
Y a uno no se le quita de la cabeza qué hubiese ocurrido si nuestra policía hubiese salido por TV acribillando a balazos a un terrorista: nuestra manifestación hubiera sido secuestrada; hubiese sido a favor de los terroristas con toda la parafernalia de los derechos humanos de escudo para los asesinos y del mundo de la farándula encabezando la lúgubre parada de pancarteros profesionales y de paso apareciendo en la foto, porque como artistas no llegan ni a mediocres y hay que vivir de la subvención. Claro está, las víctimas del terrorismo carecen de derechos humanos, faltaría más. Y ante ese mundo mediocre compuesto por mediocres es ante quienes los medios de comunicación se arrodillan sumisamente ofreciéndoles sus micrófonos para que vomiten sus exabruptos. España no puede llegar a helarte más el corazón.

Españolito que vienes al mundo...