domingo, 21 de septiembre de 2014

Cataluña...esperando el imperio de la ley: 12O

Estos días me encuentro llena de acontecimientos, personales, locales, nacionales, de mis dos patrias. Sucesos que mueven el mundo en diferentes direcciones a una velocidad vertiginosa. Las noticias van una a una sucediéndose casi minuto a minuto, y creo que nuestra capacidad de asombro sigue estando, a pesar de tanto.

Vivo en una España preciosa, llena de gente que busca día si y otro también conquistar sus sueños, lo veo en sus rostros. Cuando viajo, les escucho atentamente, sigo los hechos con atención, con la curiosidad propia de científico (defecto profesional tal vez) 


Vivo en esta España, también plena de hechos de corrupción que nos asombran, no por ellos, sino por la impunidad con que ocurren. Son confesados y nada pasa. Los "delitos" son brutales por decir menos, los números en euros que pasan por nuestros rostros son incontables, mas para una sociedad que cuenta con mas de un 20% de paro. El tiempo en el que se han venido sucediendo los hechos, 35 años, y nada ha ocurrido. Un secreto a voces. TREINTA Y CINCO AÑOS llenos de mentiras, corrupción, "discriminación en positivo", cada paso premeditado, planificado, tres generaciones adoctrinadas en este espacio de tiempo.
Sus actores siguen allí, veraneando a sus anchas, mientras, el ciudadano de a pie puede ser llevado a la cárcel por 1000 euros robados de forma torpe en una entidad bancaria. El mundo de lo absurdo.

Se llama a la desobediencia, y creo recordar en esta Constitución leída en varias ocasiones, que eso “puede” ser un delito, que lleva a la cárcel, es confeso, público, ¿no debería actuar la Fiscalía?, claro, es un coste político ¿quién lo asumirá? 
Se llama a la desobediencia, a no reconocer las leyes, a disolver la soberanía, que en teoría reside en el pueblo español.
Se llama a la desobediencia, se realizan actos ostentosos, a la luz de todos, con el dinero de todos, y todo sigue.

Se llama a la desobediencia desde hace años, al inicio apenas audible, y ahora como una tromba sin importar qué y cómo se llevan por delante.

Se llama a la desobediencia usando el poder descaradamente, como tentáculos han invadido cada uno de sus espacios, como un cáncer se han diseminado en cada una de las áreas de esta sociedad.
Se llama a la desobediencia mientras se amenaza a quienes defendemos la legalidad, a quienes portan a España como bandera.

Solo repito algo que digo casi que a diario, esperamos que se aplique la ley, si, porque la Democracia con mayúsculas es eso, el imperio de la ley, aunque no estemos de acuerdo con ella. Y si somos de los que creemos que ha de cambiarse, debemos agotar las vías en su seno para hacerlo, pero nunca fuera. 

Definitivamente algo nos ocurre como ciudadanos ¿cuándo saldremos en masa a la calle a protestar por todo esto? 

Entra el otoño, en pocos días es octubre y el 12 nos espera una cita en la Plaza Cataluña de Barcelona… esta extranjera junto a muchísimos españoles, estará con su enorme Rojigualda, la que cuelga hace más de un año en mi balcón, esperando que desde el gobierno central se adopten las medidas que deberían haberse aplicado hace mucho tiempo. ¡Cuánto se hubiese evitado!: odio, división, adoctrinamiento, mentiras, dinero dirigido a un proyecto de minorías en lugar de resolver los problemas de los catalanes. 



El otro día escribí: 
“nos preparamos para fechas importantes:
  •  el 11S, cuando decidieron "celebrar" los 300 años de 1714, una guerra que se narra entre mentiras desde los libros de texto en colegios, ESO e institutos (por cierto, ¿el Ministerio de Educación?)
  • el 12O, cuando salimos trajeados con la Rojigualda, en algo más que una acción en pro de España, es un acto de valentía en el centro neurálgico de Barcelona, Plaza Cataluña... cada vez somos más quienes a pesar del miedo, actuamos, sabemos que estamos solos en esto, y lo asumimos 
  • el 9N, día fijado para la consulta, sí, "esa" que va en contra de la Constitución y las leyes de España...”


H
emos vivido el 11S. De forma vergonzosa se “celebró” una herida, esa que ha sido enseñada como si a partir de allí Cataluña hubiese cambiado de ser una región, que como tal ni existía, para ser una colonia por 300 años, una mentira tras otra contada por demasiado tiempo. ¿Qué ocurrió en el resto de España? ¿Acaso no se percatan que este es un trozo de su tierra? ¿No se dan cuenta de cuántos de sus conciudadanos son silenciados y amenazados? 

El dinero de todos se ha “invertido” en una causa llena de impunidad, mientras los problemas de los ciudadanos siguen y crecen exponencialmente.

La próxima cita es el 12 de octubre, allí nos tendrán. Que no se dude un momento, los ciudadanos desde aquí, en Cataluña seguimos actuando. 

Esperamos que el Gobierno, representante del Estado Español, también lo haga, en el marco de la ley, haciendo finalmente que se cumpla con todas sus consecuencias. Las heridas quedarán, las cicatrices recordarán estos 35 años, solo espero que para aprender de los errores y horrores que se suceden. Que entendamos que siempre estaremos Mejor Unidos, que somos los mismos, aunque con diferentes acentos, que somos diferentes, libres e iguales.