jueves, 18 de febrero de 2016

Blasfemia



Al parecer el delito de "profanación" estipulado en la Ley Orgánica del Código Penal (Ley Orgánica 10/1995, BOE 281, 24/05/1996) está “de moda” por decirlo de alguna manera. Estos días se celebra el juicio contra la concejal y portavoz de Ahora Madrid del Ayuntamiento de la capital del Reino, en el que la Fiscalía le pide un año de prisión por un presunto delito “contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos”.
Y es que según la ley citada, en su artículo 524, dice textualmente  El que en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses”.
No, esto no puede ser tipificado como persecución política, como pretenden hacérnoslo ver los que se han apropiado del término “progresistas”, sino una acción lógica y justa ante una ofensa por demás demostrada en fotos, vídeos y además, admitida por la propia Rita Maestre, quien lo defiende como “libertad de expresión”, esa especie de caja sin fondo para la izquierda de vino y caviar, en la que se esconden y escudan, cuando son ellos los “juzgados”.

Paralelamente, y hace pocos días en un acto celebrado en el Ayuntamiento de Barcelona a fin de la entrega de los “Premios de poesía Ciudad de Barcelona 2015”, tuvo a bien a presentarse Dolors Miquel con un texto con el que se nos falta el respeto a los católicos y a nuestras creencias más sagradas, ofendiéndonos, utilizando una “versión” vergonzosa de la Oración más importante de la Iglesia, dejada en manos de sus creyentes por el propio Jesucristo.

En ese mismo acto, con el silencio y el aplauso, la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, dejaba en evidencia su apoyo irrestricto a tal vejación. Y en su discurso destacaba entre otras palabras “cultura valiente, con creatividad”. Ni durante el acto, y tampoco después del mismo ha habido por parte de Ada Colau o sus segundos en el Ayuntamiento palabras de disculpas para la comunidad católica, que es mayoritaria en el seno de la ciudad y toda España, pésele a quien le pese.
Pero aparte de la grave ofensa en la que incurre, con total irrespeto a todos los católicos. Este acto también está tipificado como tal en la misma Ley Orgánica del Código Penal arriba mencionada. En el punto 1 del artículo 525, menciona “Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.”
Vamos, señoras Ada Colau y Dolors Miquel, que esto “libertad de expresión” tampoco va a ser. Y nos hace recordar aquel “Padrenuestro” sin duda ofensivo por parte de Hugo Chávez en la Venezuela CastroChavista...
Para nosotros los católicos estos actos ocurridos en la capilla de la Universidad Complutense de Madrid y en el Ayuntamiento de Barcelona son una blasfemia, y en lo particular de este último, pagado con el dinero público de todos los contribuyentes. Para efectos legales, ambos son un delito, por el que han de ser denunciados y juzgados. Así que vamos a ello



domingo, 14 de febrero de 2016

Los "pranes" del Poder Popular





En muchas ocasiones menciono a Venezuela como "el país de lo posible". Allí donde ha dejado huella las asesorías de Juan Carlos Monedero, desde lo netamente político hasta incluso el nombramiento de una juez, que hoy es la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Gladys Gutiérrez. Sí, el mismo TSJ que no reconoce la autoridad y autonomía del Parlamento de Venezuela, que debería existir según la Constitución de 1999 (División de Poderes Públicos).
Sería complicado nombrar mi patria y a la vez no pasearse por la terrible crisis alimentaria y sanitaria que hoy vive. Héctor Schamis le califica como un barco que se hunde, y literalmente  "Habiendo hambre, enfermedad y miedo, no es descabellado pensar en una crisis de refugiados en Venezuela", con la diáspora de más de 2 millones de venezolanos, creo que esa situación se está dando sin el reconocimiento internacional. 
Mi querido país, tiene un mandatario que pareciera un dibujo animado de mala factura, y hasta la fecha no ha podido demostrar que ha nacido en Venezuela.
Es que es un secreto a voces que, desde esos nefastos 15 años de Hugo Chávez al poder, quienes gobiernan realmente son los Castro, dictan las pautas de lo que ocurre o no en todo el territorio nacional. Bueno, ellos y los carteles de la droga, relacionados con Tareck El Aissami, gobernador del Estado Aragua. 
Me quiero detener en  un hecho que ocurrió hace tan solo unos días en este Estado, y a su capital Maracay situada en lo que fue uno de los ejes industriales más importantes del País. Y es que exactamente el 4 de febrero algo consternó a toda su población. Un hecho que si bien ha sido mencionado en los medios de comunicación y duramente criticado, los eventos que se suceden casi hora tras hora son de tal magnitud e importancia, que no nos da tiempo a "digerir" cada uno de ellos. 
Ese día "El Chino de la Pedrera", José Gabriel Álvarez Rojas, declaró un toque de queda en toda la ciudad, a través de un comunicado que amablemente fue "enviado" a la población y al propio gobernador del Estado. 
Conociendo su zona norte y el trayecto hacia el cementerio, esto implicó que todo Maracay quedara a puertas cerradas, mientras los "hijos de la patria" hacían los honores a Emilio Rojas Madriz, mano derecha de Álvarez Rojas. 
Pero hay que aclarar que El Chino de la Pedrera es el jefe de un "pran", quien desde la cárcel manda y dirige todo un entramado delictivo que afecta no solo Aragua, sino también a estados vecinos, Carabobo y Guárico. Sin duda alguna, están mucho más organizados y mejor armados que el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, CICPC, Policía y demás cuerpos de seguridad del Estado. Lo que realmente ocurrió y los vecinos de Maracay fueron testigos impávidos, es que estos cuerpos de seguridad tuvieron a bien "vigilar", es decir, custodiaron la carroza fúnebre y seguidores, mientras unos estaban junto a la caravana que tomó durante horas la ciudad, a otros les tocó verle desde lejos, resguardándolos y siguiendo las órdenes impuestas por quienes realmente mandan en el país, los pranes y la delincuencia. 

Bendito sea el "poder popular". 


Avenida Casanova Godoy
Maracay