Estábamos en el llamado “paro petrolero”, en una Venezuela que
dista en mucho de la actual, pero que ya pintaba maneras de ese régimen
Castro-Chavista que le gobierna desde entonces.
Hugo Chávez, quien había llegado al poder con promesas de respeto
a la empresa privada, reducir el Estado, leyes más justas, educación, salud y
justicia para todos, constituyente con constitución renovada y referéndum
revocatorio incluido, entre otras cosas, decidió atacar con francotiradores a
una marcha multitudinaria que se dirigía a Miraflores. Se desconoce con
exactitud el número de muertos y heridos, de personas que portaban una bandera
y consignas como “armas de guerra”. Recuerdo que paralelamente a la marcha,
Chávez mantenía una “cadena” nacional, la que debía ser transmitida
obligatoriamente por todos los medios de comunicación. Ante los graves hechos
que iban sucediéndose en la marcha, las televisoras privadas decidieron
“partir” la pantalla, así que mientras Hugo Chávez amenazaba a los opositores,
transmitían el horror que se había convertido un trayecto de pocos kilómetros
al Palacio Presidencial. Un presidente que se había quitado la careta y actuaba
como un dictador de cara a los venezolanos.
Ante lo ocurrido, un grupo de militares se alzaron en defensa de
los derechos del pueblo venezolano, dieron un “golpe de Estado”, nombraron una
junta mientras Chávez, preso por delitos probados, firmaba una carta de
renuncia. También recuerdo al General Lucas Rincón, jefe del Alto Mando
Militar, dirigiéndose al “pueblo venezolano”, con estas
palabras:
“Los miembros del Alto Mando Militar de las FFAA deplora los
lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad capital en el día de ayer,
ante tales hechos, se le solicitó al Sr. Presidente de la República la renuncia
de su cargo, la cual aceptó. Los miembros del Alto Mando Militar ponemos
nuestros cargos a la orden, que entregaremos a los oficiales que sean
designados por las nuevas autoridades”.
Fueron pocos días plenos de histeria, desazón, desconcierto, en pocas horas volvió Chávez de la
misma mano de ese mando militar y del que era Fiscal General de la República,
Isaías Rodríguez, quien fue vicepresidente de la República, embajador en España
y ahora embajador en Italia, entre otros cargos.
Días más tarde, muchos politólogos, y quienes no lo somos,
hablábamos de autogolpe. Mi hermana menor hacía un símil con el “fuera de
juego” del fútbol, una táctica que puso en evidencia quien era fiel y quién no.
Militares y civiles fueron llevados a El Helicoide y luego a Ramo
Verde. Sólo 2 horas de sol a la semana, luz continua, aire acondicionado a baja
temperatura, sin visitas… algunos han logrado el exilio, pocos casa por cárcel.
Tantos nombres, tantas familias heridas y fracturadas progresiva y rápidamente
desde entonces hasta ahora.
Entretanto las universidades estaban amenazadas físicamente con la
violación de la autonomía, algo que a los tiempos que corren es sólo un nombre perdido
en la historia. Se llevó a efecto una marcha en la ciudad de Maracay, organizada y comandada por profesores de la Universidad Central de Venezuela, con el apoyo de la Universidad de
Carabobo y Universidad Politécnica Libertador, entre otras. Bajo la vigilancia
de la Guardia Nacional y fotógrafos que captaban quienes participábamos
activamente en ella.
Nos llenamos de protestas, de firmas por un revocatorio que se
llevó a efecto. Lista Tascón, represión, persecución,
expropiación/confiscación/robo, exilio… y ahora un país en la absoluta miseria.
Ayer sentada en el sofá de casa, veía los hechos de Turquía, y no
podía evitar que mi memoria me llevara a 14 años atrás. Tampoco, la incursión
del mundo islámico en mi país… cosas extrañas, pactos que no comprendemos al
momento, pero que años más tarde, diferentes hechos nos dan respuestas que nos
llenan de sorpresas.
El mundo que está absolutamente conectado. Sólo que debemos dar un
paso atrás para ver adecuadamente y con la perspectiva que nos permita
entenderle.
¿Qué es lo siguiente? Imposible de saber.
Como otras ocasiones me digo, amanecerá y veremos.
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