Mientras los noticiarios del mundo entero dan debida
cuenta de las noticias acerca del asesinato de más de 100 personas por parte
del terrorismo yihadista, quien se ha proclamado autor de lo ocurrido en París,
este pasado viernes 13 de noviembre. En Venezuela las noticias, aquellas que
pueden ser filtradas y pasar el tamiz de la censura hablan de la prisión sinfianza de los sobrinos de la “primera dama” de la República, la “señora” Cilia
Flores. Y es que sorprende lo que ocurre con personajes cercanos al poder, a
pesar que muchos han hablado y probado en diferentes ocasiones de la relación
del narcotráfico con el régimen Castro-Chavista, y hace poco se mostraron pruebas
de su relación con el llamado Cartel
de los Soles. Estos hechos se suceden mientras el
gobierno prohíbe la transmisión de La reina del sur, esa novela de gran éxito
donde todo gira en torno al narcotráfico. Bizarro, por decir menos.
Y es que hay más, sería imposible en el país de lo
posible. Los sobrinos de la llamada “primera combatiente”, portaban pasaportes
diplomáticos expedidos por el Ministerio de
Relaciones Exteriores venezolano (perdonen que olvide el larguísimo nombre),
mas sus 800 kilogramos de cocaína cuando fueron apresados en Haití. Es un
secreto a voces que este tipo de pasaportes está siendo otorgado a diferentes
miembros el régimen en Castro-Chavista, y de la familia que lo dirige. Lo que
pareciera ser parte de la preparación de la huida de muchos de un país que les
ha servido para llenar impunemente sus arcas, bien resguardadas en paraísos
fiscales.
Ahora bien, si revisamos el desabastecimiento cada
vez más grave en el país y la inseguridad terrible, donde se señalan 78 muertes
sólo el día de ayer 14/11/2015, en la Morgue de Bello Monte (Caracas), y esto
cada día, más de 25.000 muertes violentas al año...con todo ello, muchos no podemos evitar preguntarnos, ¿quién manda en Venezuela?
Entonces rebobinamos la película, y recordamos cómo
durante el gobierno de Hugo Chávez fueron expropiadas (robadas), propiedades,
haciendas, fábricas, y un largo etcétera. Nos vienen a la mente la creación de
las milicias bolivarianas, que nos son más que una especie de brigadas armadas
urbanas, o mejor dicho, el brazo armado del Castro-Chavismo. Paralelamente nos
llegan las imágenes de empresas que fueron entregadas por orden presidencial a
los empleados y obreros, obviando la pertenencia de sus legítimos dueños. Se creó
la figura de la Junta Comunal, quien tiene entre sus funciones
“formular, ejecutar, controlar y evaluar las políticas públicas”, asumiendo así, el ejercicio del llamado Poder Popular. Es decir, que a la vez
que se llevaba a la quiebra absoluta a Venezuela, se le daba poder a un pueblo
sin formación para ello, y se le entregaba en sus manos lo que pertenecía a
otros, violando la propiedad privada, una de las piezas principales de la
democracia.
En estos 17 años, todos los poderes públicos han sido
nombrados por el poderoso régimen, desde el legislativo al judicial, pasando
por el poder “electoral”. Es decir, ellos nombran el organismo regulador y
rector de las elecciones y se autodenominan ganadores de la contienda. Esto sin
dejar de mencionar el Fiscal y el Defensor del Pueblo, o más bien del “puesto”.
Adicionalmente, la empresa petrolera, PDVSA, quien fue
la 5ª. en el mundo en importancia, está absolutamente abandonada e hipotecada
al lejano oriente, y por su parte, al “medio”, todo lo referido a minerales,
incluyendo el uranio para su propio programa nuclear (con la venia de Obama). Especial
mención tiene que las FARC han movido en este tiempo sus cuarteles a tierras
venezolanas, y los miembros de ETA veranean sin problemas en las deliciosas
playas caribeñas.
Y claro, sin olvidar, para quienes vivimos en la Península,
los nexos probados entre el Castro-Chavismo, Podemos e Irán (sí, los mismos del
“medio”). Quienes van dando lecciones de moral sin aun explicar sus extraños
ingresos (…esos 9 millones de euros).
Es decir, este régimen en 17 años se ha apropiado de
Venezuela a todos los niveles, llevado a la quiebra a un país y su población,
reprimido, censurado y apresado a inocentes, y entregado su (in)seguridad a una
guerrilla urbana que actúa bajo la protección del régimen. Pero algo ha
fallado. Creo que en todos estos años no pensaron que dejando todo el poder al
“pueblo”, éste se le vendría de cara. Que los llamados “bachaqueros” tomarían
el control económico, aprovechando el desabastecimiento, y los tupamaros las
calles. Si todo ello está bajo su poder, entonces, repito la pregunta, ¿quién
manda en Venezuela? Y agrego una más: ¿cuánto está
dispuesto a aguantar la población sin que ocurra un estallido social?
Algunos dicen que aún Venezuela no ha tocado fondo,
pero siento que ya se siente su fétido aliento, creo que vivimos sobre una
bomba de relojería, sin tiempo preciso.
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