domingo, 30 de agosto de 2015

Mi respuesta a la Carta de Felipe González


Mi estimado Sr. Felipe González, 
Ud. para mí, con todo respeto, es un "viejo conocido", por aquello de ser venezolana, sabe... Lo recuerdo, siendo yo muy niña, junto a su amigo el ex presidente de mi tierra Carlos Andrés Pérez, tanto en su primer mandato, cuando Ud. pasaba largas temporadas en Venezuela, como durante inicios del segundo, cuando llegaron los "etarras" y se instalaron en ella. Cosas de la política socialdemócrata, digo. 

En todo caso no viene el tema sobre los errores y aciertos de Carlos Andrés Pérez, que tuvo de ambos, como todos, supongo. Durante su mandato entre muchos logros, nacionalizó el petróleo, se construyeron represas importantísimas para toda la región, incluyendo el Guri, puso en marcha proyectos educativos, se crea PDVSA. Pero a su vez se permitió el despilfarro y la corrupción a todos los niveles. En su segundo período de gobierno, corto, como Ud. ya conoce, intentó implantar políticas, que viéndoles en retrospectiva, sin duda hubiesen mejorado, y mucho, la vida a mediano y largo plazo en Venezuela, pero el populismo iba alcanzando todos los niveles y se dió el Caracazo. Lo demás es historia. Mi país vive en dictadura desde hace unos 16 años. 
Quiero, antes de continuar, expresarle mi gratitud ante la posición últimamente adoptada por Ud., conjuntamente a otros líderes regionales. Pero recuerde, la dictadura empezó con Hugo Chávez, no con el dictadorzuelo de poca monta y terriblemente represor de Nicolás Maduro. 

Perdone haberme desviado del tema principal, pero la tierra "tira". 

Verá Ud., es que quería escribirle porque he leído su carta. Soy una de los más de 1.700.000 millones de venezolanos quienes por diferentes razones están en el exilio o han emigrado ante la realidad de nuestro país. Y vivo en Cataluña desde hace más de 10 años. Ciertamente su carta dice unas cuantas verdades, como eso que "España no se va a romper", pero me pregunto, ¿a qué coste?, porque he visto cómo desde los diferentes gobiernos centrales han callado ante la arremetida, cada vez con mayor fuerza, de un separatismo que usa maneras de regímenes totalitarios, imponen "su verdad", a través del poder, se han "enfrentado" a la ley y nada ha ocurrido. Y ésto también ha pasado durante el gobierno socialista de ZP. No, no es nuevo. 
En mi sensación de estar adaptada y adoptada en esta Cataluña tan, pero tan española, me permito indicarle que he captado tres errores, y me permitirá señalarlos. 
Siento que Ud. generaliza un término de manera errónea. Y particularizo en el título, Ud. la dirige la carta a "los catalanes", y no, pienso que debería dirigirla a "los separatistas", que no independentistas porque Cataluña jamás ha sido colonia ni independiente. Así pues, mi estimado Sr. González, allí lo primero. Más aún cuando son muchísimo más quienes saben y se sienten tan españoles como Ud., en esta región que ha ido siendo llevada a ese precipicio llamado 27S. 
En la carta Ud. menciona "hechos diferenciales". Le repito, con todo respeto, es que he viajado por España, y no veo tantos hechos diferenciales entre las distintas regiones de esta preciosa tierra, tantos como los de otras regiones de otros países. A la vez, en la misma frase señala, "reformas pactadas". Y me pregunto, ¿estas reformas son para qué? ¿para beneficiar a quienes? ¿seguir alimentando el monstruo del secesionismo?, le recuerdo que "ese" es un como un "drac" insaciable, que una vez consigue algo va a por más, la historia en estos últimos 35 años está minado de ejemplos, sin duda Ud. los conoce mucho mejor que yo. 

Por último, no quiero terminar estas líneas, mi respetado Sr. Felipe González, sin agradecerle por su carta, como ya se habrá percatado, hoy en el mundo de las redes sociales está siendo uno de los temas más referidos, sino el que más. Y me permito agradecerla en nombre de muchos quienes ven cómo han silenciado voces disidentes en Cataluña. Pero antes de pactos, hechos diferenciales o generalizar, le repito, con todo respeto, pienso que empezaría por hacer cumplir la Constitución de 1978, creo que aún es joven, poco empleada y mal vista, cuando tiene mucho por dar de sí. 

Reciba un abrazo grande, caribeñamente, como se da en mi tierra natal. 
Carolina, una venezolana en tierras españolas.  

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