jueves, 29 de diciembre de 2016

113 años de información: El Impulso


Recuerdo de “siempre” en casa de mis padres la llegada muy temprana del diario El Impulso. Periódico fundado en la ciudad de Carora en enero de 1904 y posteriormente trasladado la capital del Estado (Lara), Barquisimeto, en el año 1919. Es quizás uno de los diarios más importantes de la provincia venezolana. Y sin lugar a dudas desde sus páginas, día a día, en estos 18 años ha sido uno de los bastiones en defensa de la democracia.
Hoy amanece una noticia que nos quiebra el alma “La edición impresa de El Impulso circulará hasta el sábado 31 de diciembre por falta de papel de prensa para continuar trabajando”. Desde el propio diario lo informa su presidente ejecutivo Carlos Eduardo Carmona. Son “casi” 113 años de historia, que no solo pertenece a nosotros los larenses, sino a toda Venezuela.

El régimen dictatorial CastroChavista, luego de confiscar y quebrar las empresas papeleras en Venezuela, se apropió del monopolio de la importación del papel a través de la Corporación Editorial Alfredo Maneiro (CEAM). Así pues, actúa como dueño y señor para decidir a quién y cómo se le dan los suministros necesarios para trabajar. La idea no es más que ejecutar algo que viene realizando desde hace 18 años, y es el tener la potestad absoluta de la información, desde la radio, televisión y prensa. Quienes permanecen poco a poco han ido variando sus líneas editoriales, practicando la terrible autocensura.

El problema del “papel” en Venezuela no es nuevo. En Wall Street era una de las noticias hace meses por la falta de papel higiénico. Mientras, en aquellos momentos los diarios sorteaban el déficit por la solidaridad mostrada por sus compañeros desde la vecina Colombia. También fue noticia internacional cómo circulaban los camiones con las bobinas de papel a través de la frontera entre los dos países.

El comunismo ha ido avanzando “a paso de vencedores” a todos los niveles. Se ha cambiado la constitución de 1961 para implantar sus propias leyes, se permitió a Chávez (y luego a Maduro) gobernar bajo decreto, nombrando así su propio Consejo Nacional Electoral, Fiscal y Contralor. Cambió la Corte Suprema de Justicia por el TSJ. Pero lo más grave, se han ido suplantando los programas educativos de los niños y jóvenes, tergiversando la historia que se dicta en colegios y liceos, que poco o nada se asemeja a lo real. Con nuevos héroes, e incluso imágenes. Todo en 18 años.

Se ha entregado Venezuela a los Castro, quienes fungen como una enorme mafia, un gran cártel que dirige los hilos de diferentes países, sembrando miseria, porque esa es la idea. Y miedo, mucho miedo a opinar distinto. Unos Castro que han recibido el apoyo de medio mundo “demócrata”, quienes asistieron conmovidos al entierro del tirano Fidel y llamaban “presidente” al dictador Raúl.  

Entretanto, no se nos puede olvidar la pobre imagen de esa pseudo oposición quien se sentó en una mesa a dialogar con un régimen genocida. Un diálogo también manejado desde La Habana. Unos politiqueros de oficio que  “ahora” parecieran recordar las promesas hechas al llegar en diciembre de 2015 a la moribunda AN. Esa pseudo oposición ha pedido “paciencia” a un pueblo que vive falto de todo, de comida, medicinas y lo más importante, de libertad.




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