sábado, 21 de diciembre de 2013

"no nacido", ser humano en formación... sus derechos, ¿aborto o asesinato?

Los datos son más que alarmantes, cada 5,6 minutos en algún lugar de España se produce un aborto. En el año 2006 la cifra es superior a los 115 mil abortos provocados, no hablamos de pérdidas por razones patológicas, sino de esa famosa “libre elección” de la mujer sobre su cuerpo. Pero me pregunto, y sobre el cuerpo de “otra persona”, ¿tenemos derecho a decidir?... que recuerde, y justamente mi área profesional es la científica, patólogo de profesión, docente e investigadora universitaria, con lo cual puedo especificar un poco más acerca de este nuevo ser, y es que desde su concepción es un ser vivo, y para nuestra especie en particular, es un ser humano, con lo cual, si decidimos abortar, sin razón patológica que le justificase, estamos hablando de un asesinato, así, sin preámbulos ni palabras que le puedan cambiar o adornar. 


Cuando al aborto voluntario le llamamos interrupción voluntaria del embarazo no estamos cambiando los hechos, es un asesinato. Buscar razones que le justifiquen es como buscar razones por las cuales alguien pudiera matar a otra persona ya nacida, la diferencia es que una está en el vientre de su madre y la otra está fuera de éste.

Me he encontrado un artículo del diario El País donde señala Diez razones para no cambiar la ley del aborto http://elpais.com/elpais/2013/12/18/opinion/1387365301_927366.html casualmente escrito por dos mujeres, ISABEL SERRANO / MARÍA LUISA SOLETO ÁVILA. Y no es que esté en contra de ellas en lo particular, sino que tengo mis razones para no estar de acuerdo con cada uno de los tópicos que desarrollan. A continuación se me ha ocurrido hacer un ejercicio donde reflexiono sobre cada uno de estos puntos:

“Una. Porque funciona. No se han cumplido las profecías de un incremento notable del número de abortos ni se han producido en sus tres años de vigencia denuncias ni complicaciones sanitarias de ningún tipo. Ha resuelto, pues, gran parte de los problemas de inseguridad jurídica que aquejaban a la ley anterior”. 
El incremento del número de mujeres que practican la “interrupción del embarazo” está en las cifras estadísticas, es alarmante, más aun si le comparamos con el resto de Europa. Las complicaciones sanitarias, para información de muchos, no se pueden visualizar a corto plazo, muchas de ellas están relacionadas a la fertilidad de la mujer y a los problemas que pudieran surgir en “embarazos deseados”, es decir, que no solo la edad de la mujer afecta este aumento de embarazos con tratamientos para la fertilidad previos, sino que las prácticas abortivas también pueden ser uno de sus causales (no señalo que sea el único).

“Dos. Porque respeta a las mujeres. El reconocimiento de un plazo en el que las mujeres puedan decidir libremente sobre si quieren seguir adelante o no con su embarazo es la única manera de no atropellar los derechos fundamentales de las mujeres embarazadas”. 
Habla del derecho de las mujeres, me pregunto de nuevo, ¿y el derecho del niño no nacido? ¿Quién vela por los de este nuevo ser? Mucho se habla, se discute y se protesta por los derechos de los animales, mi título dice “Médico Veterinario”, con lo cual no podría estar más de acuerdo con ello, pero choca no solo al sentido común, sino a los principios si dentro de nuestras luchas no está el de ese ser humano no nacido.

“Tres. Porque es conforme a la Constitución. Contrariamente a lo que se argumenta, la actual legislación no es contraria a la doctrina del Tribunal Constitucional que nunca se ha pronunciado sobre una ley de plazos”.
La ley que rige este “proceso” hasta finales de año señala “aborto libre hasta las 14 semanas de embarazo”. Aun recuerdo las palabras de las ex-ministras, ahora con cargos muy bien pagados en New York, Pajín y Aído, quienes decían que no se podía llamar “ser humano” hasta las 14 semanas. Me preguntaba entonces y aun ahora, ¿cómo le llamamos desde su concepción hasta las 14 semanas?, ¿embrión o feto de qué?. ¿alguien podrá indicármelo científicamente hablando?.

“Cuatro. Porque respeta mejor la vida en formación. Establecer límites y ofrecer a las mujeres información y recursos alternativos ha demostrado ser la mejor manera de conciliar los derechos de las mujeres a decidir con el deber del Estado de proteger la vida en formación”. 
Este apartado no puede estar más en incongruencia con los anteriores. Habla de proteger la vida en formación, esto quiere decir con la del niño que se está gestando, mas sin embargo, se está de acuerdo con su interrupción, es decir, con su asesinato. ¿y es que podemos ser mas incongruentes como especie?, defendemos las otras y protegemos a quien? es un asesinato.

“Cinco. Porque es la mayoritaria en Europa. La legislación de plazos es la más establecida entre los países del entorno europeo, especialmente en el contexto de los Estados con quienes compartimos tradición política y constitucional. En una Europa sin fronteras no es razonable que una mujer española sea tratada, en sus derechos básicos, de modo diferente a una francesa, portuguesa o alemana”.
En el artículo se refiere a la mayoría, pero, ¿es que acaso la mayoría siempre tiene la razón?, se indica como un derecho básico… soy de las que opina que el derecho básico está en la educación en primer lugar, si, la educación sexual, no a “resolver” el problema que se presenta una vez que la mujer está embarazada.

“Seis. Porque no distingue entre pobres y ricas. Las leyes restrictivas no disminuyen el número de abortos, solo provocan que las mujeres que no tienen recursos económicos lo hagan en peores condiciones, por lo que a la discriminación por razón de sexo se une la discriminación por clase o condición social”. 
La ley, o mas bien, las leyes deberían regir para todos por igual. Estamos acostumbrados a vivir en una sociedad que según quien seas la ley trata con distinciones. Lo ideal es una ley que indique las patologías por las cuales se indica médicamente el aborto y se exija a los diferentes gobiernos leyes que sean aplicables y aplicadas para la educación sexual, y a su vez, protección sanitaria de la mujer que deba abortar.

“Siete. Porque la población está conforme. La mayoría de la población española no se reconoce en el marco de una legislación restrictiva o prohibicionista en materia de aborto. Según la última encuesta de Metroscopia, una mayoría, el 53%, apoya una ley de plazos como la actual mientras que el 37% prefiere una ley de indicaciones médicas”. 
El hecho que la mayoría esté conforme con la ley no indica que tenga razones valederas para ello. Podríamos dar ejemplos sobre muchos otros temas sobre esta mayoría, pero no es el caso cambiar de tópico. ¿Se ha preguntado a la población sobre la educación sexual?, ¿se ha preguntado a la población si conoce o practica los métodos de prevención del embarazo “no deseado?, o solo nos limitamos a preguntar lo fácil, pero y si nos vamos a las asociaciones como las de Síndrome de Down, ¿quién se atrevería a asesinarles?, digamos, es menos riesgoso para la “mujer” una vez nacido el niño inducir su muerte… ¿selección natural le llamaríamos a ello?

“Ocho. Porque hace la práctica del aborto más segura y equitativa. Facilitar los trámites hace que los abortos se realicen, como ahora sucede, en periodos muy tempranos de la gestación, disminuyendo los riesgos asociados a los abortos tardíos. Facilita también que las mujeres sean tratadas igualitariamente independientemente de la comunidad autónoma donde vivan”. 
Ciertamente, los riesgos de un aborto tardío son mayores que los de un aborto temprano. Pero no deja de ser un asesinato porque decidamos “interrumpir el embarazo” o matar el feto, si de un ser humano, es decir, matar un ser humano en formación y con vida antes o después.

“Nueve. Porque es una ley eminentemente preventiva. La actual legislación no solo aborda la interrupción voluntaria del embarazo, sino la prevención y educación afectiva y sexual de toda la población, en especial de la población más joven, el mecanismo más eficaz para disminuir el número de abortos”. 
El término prevención, cuando se habla en patología se refiere a la prevención de la presentación de una enfermedad. Suponiendo que estas personas ven el “embarazo no deseado” como una patología, la prevención sería no quedar embarazada, con lo cual debería estimularse la educación sexual y el uso de métodos preventivos para ello. Lo más grave de este aparte es que se refiere a la población más joven, creo que finalmente se incluye al hombre como parte importante en el embarazo. Y es que en el mismo hay dos “responsables”, un hombre y una mujer, quienes deben serlo para concebirlo y para sus posteriores consecuencias.

“Diez. Porque derogarla supone un retroceso social de décadas. Hoy vivimos mejor porque podemos decidir en lo que concierne a nuestra vida sexual y reproductiva sin que nos persigan. Perder en tres años lo que tardamos 30 en conseguir nos lleva a un pasado de difícil retorno”.
Retroceso de décadas. No existe sociedad mas avanzada que aquella que estimule la educación. Si estimulamos la educación sexual, estaríamos hablando de prevención real. Estaríamos refiriéndonos a que nuestros adolescentes podrían educarse apropiadamente y no solo descubrir su sexualidad con “embarazos no deseados”. Estaríamos refiriéndonos a que una sociedad que conoce sus deberes y sus derechos sabría cómo actuar. Y sin lugar a dudas, sabría que desde la concepción, lo que existe no es un individuo sin nombre, es un ser humano, con derechos, los cuales están bajo potestad de sus padres, de ambos. Si hablamos de EDUCACIÓN, así en mayúsculas, estaríamos en la ruta al avance sin duda y si, eso nos diferenciaría del resto.


Por otro lado, y esto es un adendum a esta entrada, pero que se relaciona en cierta medida con ella. Creo que nos toca luchar por los derechos de los nacidos, de quienes son abandonados, por quienes sufren de patologías y actualmente por causa de los recortes en sanidad no están siendo tratados por igual ante la ley, cuya calidad de vida está siendo mermada. Menciono un “nos”, porque debemos finalmente ser una sociedad activa, de ciudadanos que conozcan sus deberes y derechos, y en base a ello actuar pro-activamente en consecuencia. 


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