En este mismo Editorial la pasada semana
(mayo 2012) señalábamos seis principios de Joseph
Goebbels, ministro de propaganda nazi, aplicándolos a la crisis actual en
que se nos quiere hacer ver que la culpa no es de nadie en particular, sino de
todos en general, por haber gastado más de lo que deberíamos. Es una hábil técnica
propagandista que busca primero la aceptación de la culpa y en consecuencia la
resignación. Estas técnicas de propaganda son enormemente eficaces. En el
decálogo de Goebbels, en realidad son once principios, hay un séptimo que
también es utilizado por los demagogos en estos días de pesares y de temores, a
saber:
Es el Principio
de la exageración
y desfiguración. Y se trata de convertir cualquier
anécdota, por pequeña que sea, en una amenaza grave para la comunidad
nacional. Exagerar la amenaza para que la piña esté más compacta.
Y la película que los goebbelianos de
nuestros días están fabricando es que a partir de la aprobación de la ley de
estabilidad presupuestaria el Estado va a intervenir las autonomías que no
hagan los ajustes que se necesitan. El mensaje es que esta ley de estabilidad
se ha redactado contra nosotros, ya que Catalunya (y también Andalucía) es la china en el zapato de la uniformidad que
pretende el PP. A modo de ejercicio de distracción, primeramente intervendrá
una autonomía menor en manos del PP a modo de ejemplo y argumento preventivo
para, posteriormente, ir a cazar la pieza mayor realmente buscada. No se
atreverán con el País Vasco, porque allí está ETA en la reserva activa, pero sí
con la pacífica Catalunya. Y como ya ha anunciado Francesc Homs, portavoz del Govern, esta vez no vendrán con tanques sino con interventores…
Los
propagadores de esta trama digna de una patología en fase
aguda de la paranoia, los Salvador Cardús
i Cía, dan un paso más allá y ya desean que el propio Estado español sea
intervenido por Bruselas bajo el principio de que contra peor le vaya a España, mejor le irá a Catalunya, porque una
intervención de Europa a España provocará una intervención general de la
Administración Central del Estado sobre las comunidades y esto pondría patas
arriba el Estado de las Autonomías y el mismo sistema constitucional, y que
toda esta arquitectura política podría convertirse en una especie de Titanic
naufragando en la tempestad en un mar desconocido e impredecible… Y de esta
forma Catalunya, con un bote salvavidas de remeros liberados de la esclavitud,
pudiera salvarse navegando audazmente, contra viento y marea, hacia la mítica
Ítaca.
Quienes defienden esta aventura hacia lo
desconocido un consejo: lean la Odisea de Ulises en su viaje de retorno a la
isla patria. Léanla y sabrán que en la epopeya clásica de Homero, Ulises llegó
a la Itaca deseada, y pudo volver a abrazar a su amada Penélope, pero el
naufrago llegó solo a la isla. Único superviviente. La tripulación entera murió
en una trágica aventura que les llevó al fondo del mar en un viaje hacia el
infierno.
Las
técnicas propagandistas de Goebbels son tan devastadoras
hoy como hace setenta y cinco años, y la aventura de Homero en busca de la
mítica Itaca, también.
Autor: Roberto Giménez, Revista del Vallès. Cataluña, España. Mayo 2012
@rgimenezgracia
Quiero agradecerle a Roberto Giménez la
gentileza de cederme el artículo para publicarle en este blog.
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