Hay detalles que
parecieran no tener relación, pero veamos algunos de estos hechos. En marzo de
este año, Pedro Sánchez sorprendía a propios y extraños al decir que en los
planes económicos de su gobierno estaba el recuperar el “el legado económico
del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero”, el protagonista de la peor
crisis económica de la historia democrática reciente. Y es que mencionar al de
la ceja no solo produce vértigos en los españoles de bien, por tener el
terrible honor de haber sido el peor presidente de estos últimos 40 años,
también a los venezolanos nos produce una enorme repulsión al ser el principal
delegado del NarcoRégimen chavista en el mundo.
Rodríguez Zapatero
y Miguel Ángel Moratinos han formado una dupla que nunca defrauda. Quizás
muchos recordarán un hecho bochornoso ocurrido hace tan solo cuatro años cuando
ambos viajaron a Cuba para reunirse con Raúl Castro sin previa comunicación, y
menos aún autorización del Gobierno de España, cuyo presidente era Mariano
Rajoy. Un encuentro en el que, según publicó el régimen castrista “se abordaron
temas de mutuo interés de la agenda regional e internacional”, esto a pesar de
no representar oficialmente al país. Meses más tarde Moratinos volvía a la Isla
para participar en una convención sobre salud pública en La Habana. Pareciera
extraño que un abogado con carrera diplomática, quien fue por muchos años
ministro de relaciones exteriores esté inmerso en este tipo de temáticas, pero
es que Moratinos tiene diversos negocios y sociedades, y a través de una de
ellas han suministrado material hospitalario, equipamiento y participan en el
desarrollo de centros médicos en Guinea Ecuatorial, dónde está Teodoro Obiang, y
también con otras tiranías como, en Cuba, Kazajstán y Angola. En estos negocios
aparece otro socio, este es Pedro Hermosilla, quien años atrás, en 2009, estuvo
preso precisamente en Cuba por cohecho y vulneración de la Ley de Contratación,
y fue justamente Moratinos quien medió para su liberación… y es que su buena
relación con el régimen cubano siempre ha sido más que evidente.
Además de ello,
durante los gobiernos de Rodríguez Zapatero y Hugo Chávez, los negocios entre
España y Venezuela se fortalecieron. En uno de los viajes de su canciller,
casualmente en el año 2009, concedió una a entrevista a un diario tiraje
nacional. Entre preguntas y respuestas, el ministro español soltaba algunas
"perlas", quizás la más llamativa fue decir que en Venezuela había
libertad de expresión y que él no veía aún ningún signo de represión por parte
del gobierno. La mencionada entrevista fue publicada al día siguiente cuando el
régimen cerraba, o más bien dicho, robaba la señal a más de 250 medios de
comunicación, radios y televisoras regionales. Justo esos días Radio Caracas
Televisión (RCTV), la televisora más antigua al nivel nacional, cumplía dos
años de no habérsele renovado por decisión de Hugo Chávez la concesión para la
emisión de su señal en abierto, por lo que el canal fue cerrado y su señal pasó
a ser usada el gobierno, con los equipos de RCTV, que jamás fueron devueltos.
Esos días, al igual que antes, amenazaba con prisión a periodistas por ejercer
su profesión, lo que ha significado una censura que reina hasta hoy día. Pero
es importante recordar que, para el mundo, y una parte importante de los
venezolanos, Hugo Chávez, siendo un dictador, ejerció un embrujo, fue un
encantador de serpientes que decía lo que querían escuchar. La Europa
anti-yankee siempre vio con agrado aquel discurso en la ONU cuando en el año
2006 se dirigió al Presidente de Estados Unidos, George Bush como Satanás y, entre
risas decía que aún se sentía un olor a azufre… escucharle decir a Hugo Chávez
lo que la izquierda de vino y caviar bien que deseaban pronunciar resultaba para
la izquierda europea de vino y caviar, gracioso o pintoresco. Esa izquierda que
siempre ha obviado lo que viene ocurriendo de puertas para adentro en un país
que había sido entregado a los Castro, quienes han decidido el cómo, qué y
cuándo de la vida los venezolanos. Eso, en cualquier parte del mundo se llama
traición a la patria. Eso, para el resto de nuestra historia será el régimen de
Hugo Chávez, donde Maduro sólo es quien, de forma aparentemente torpe, remata
la faena.
La relación entre
la izquierda española y el NarcoRégimen venezolano es de larga data y no solo
se remite a aquellas declaraciones y viajes de Moratinos, hay más. El inefable
Rodríguez Zapatero ha fungido de delegado y mediador de esta tiranía durante
las diferentes mesas de diálogo realizados desde hace varios años, tanto en
Venezuela, como en Cuba, también en República Dominicana, Noruega y, más
recientemente, en Barbados, en las que se han sentado ciertos delegados de la
oposición. Diálogos que solo han servido para dar falsas esperanzas a la
población y oxigenar al régimen CastroChavista, afianzando más aún su enorme
poder sobre toda la región. Aún, recientemente, Zapatero actuando al margen del
Estado Español, ha abogado por seguir en estas rondas de negociaciones en los
que él seguiría actuando como representante de los Castro y del Foro de São
Paulo.
Recientemente, los
medios poco han publicitado que el ex embajador, Raúl Morodo, esté
aparentemente implicado en casos de corrupción y blanqueo de capitales de
dinero proveniente de la estatal petrolera venezolana PDVSA, además relacionado
con Rafael Ramírez quien fue presidente de PDVSA y ministro de energía y
petróleo durante la época de Hugo Chávez y aún un par de años después de su
muerte. Un hecho que tampoco ha trascendido demasiado en las redes sociales. Hoy
día, Raúl Morodo está en libertad con cargos por su avanzada edad, no así su
hijo Alejo, quien permanece en prisión ya que aparece como “asesor” en Europa
en muchos de los documentos que ha ido descubriendo la justicia española, en
los que se menciona que había recibido hasta ahora unos 4.5 millones de euros a
través de una sociedad instrumental panameña denominada Furnival Barristers
Corporation. Raúl Morodo no ha sido “cualquier diplomático, sino que fue el
embajador de José Luis Rodríguez Zapatero en la Venezuela de Hugo Chávez cuando
Moratinos hacía viajes de negocios a este país. El mismo que confesaba su
admiración por Fidel Castro en una entrevista concedida en diciembre de 2004 al
periodista venezolano Nelson Bocaranda, la que fue realizada en el segundo piso
del Palacio de Miraflores, donde se alojaba casualmente Juan Carlos Monedero
desde el Referéndum Revocatorio celebrado en agosto de ese mismo año.
Aparte de los
Morodo, padre e hijo, hay otros personajes menos mediáticos que han estado
alrededor de la figura de Rafael Ramírez. Uno de ellos es Juan Carlos Márquez
Cabrera, quien estuvo en la directiva de Petróleos de Venezuela (2004-2013) y
tenía una empresa de bienes raíces en Madrid. Márquez prestó declaraciones en
el juicio que lleva el Juez Santiago Pedraz, después de lo cual fue hallado
muerto en su piso, aparentemente se suicidó ahorcándose… Lo extraño del caso es
que, el socio de Ramírez llegó de Estados Unidos para colaborar con la justicia
española y a quien mencionó que tenía un cargo simbólico en PDVSA, pero por
delegación de terceros, había firmado los contratos con el hijo del embajador
Raúl Morodo. Sobre este escabroso hecho,
ni mucho menos ninguno de los anteriores, ha emitido opinión el inmoral tándem
Zapatero-Moratinos, el mismo que ha ido ampliando su radio de acción desde el
Oriente Medio hasta La Habana y Caracas, desde Arafat, pasando por los Castro,
Chávez hasta Maduro, una especie de “alianza de civilizaciones” donde no
cuentan los muertos, solo los negocios.
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