Señor enfermo de cáncer durante la marcha 02/02/2019 |
El sábado 2 de febrero fue un día lleno de emociones diversas. Por un lado mi Venezuela pujante salía a las calles llena de esperanza, de ilusiones… de sonrisas compartidas, pero a la vez de drama que se notaba en enfermos que también salieron a las calles, con su piel curtida de batallas, el cuerpo débil apoyados en familiares. La malnutrición, el desabastecimiento se nota en los rostros, en las ropas, en esas mismas ciudades otrora pujantes.
Mientras Venezuela debate su presente y futuro, los
comunistas de vino y caviar no pueden ni quieren pensar en una supuesta invasión ¡Pero por Dios! Si los castristas tienen invadidas, infiltradas todas las
instituciones. El G2 cubano está sentado en Miraflores desde 1999 cuando Hugo
Chávez llegó al poder. Izquierdistas imbéciles, opinadores de sofá con vino y
caviar siguen apostando por su revolución, con camisetas del Ché y luna de miel
en Nueva Zelanda.Y el patetismo no podía tener mejor (o peor) culmen sino es
la Gala de los Premios Goya, pagada con los impuestos de todos los
contribuyentes, donde “recordaron al pueblo palestino sometido por Israel”.
Vamos, la única democracia en el Medio Oriente rodeada de tiranías musulmanas.
No, no es novedad, y tampoco que no nombraran a Venezuela porque le es incómodo
posicionarse a favor de los DDHH.
Por si fuera poco, que no lo es, el presidente del Gobierno
de España pidió lealtad a sus adversarios al posicionarse primero a favor del
tirano, para después, obligado por las circunstancias y sus socios europeos que
sí estaban dispuestos desde el inicio a reconocer a Juan Guaidó como Presidente
Encargado a hacerlo, salió casi que en cadena nacional, con la prepotencia que
le caracteriza a reconocer como “Presidente de España” a Juan Guaidó como
Presidente Interino, pero con la coletilla de “siempre que se hagan elecciones
libres”. Lo que también he estado escuchando repetidamente en la pseudo
oposición venezolana, la que cuenta con beatas quienes no dudan en avasallar a
quien tenga una voz disidente, crítica. Una pseudo oposición que ahora es
gobierno junto a Juan Guaidó desde el 23 de enero, puesto que Nicolás Maduro
usurpa el poder en Miraflores. Pero, el gobierno de Sánchez encuentra eco entre
quienes rodean a Guaidó, y he aquí el peligro. Tenemos al partido Primero
Justicia, con Julio Borges representando al gobierno de Juan Guaidó en el Grupo
de Lima. Un partido al que pertenece el diputado José Guerra, economista quien
ha acompañado a Guaidó durante su juramentación y que no ha dudado en decir que
éste no es el presidente encargado sino de la Asamblea Nacional, y ha
especificado que en caso que lo fuere, el día 23 de febrero termina su plazo y
quedaría en la ilegalidad.
Entretanto, Josep Borrell, canciller español, ha promovido
en el seno de la Unión Europea una misión
técnica a Venezuela con expertos electorales y de ayuda humanitaria, en el
marco del Grupo de Contacto Internacional (GCI), conjuntamente con Uruguay,
quien casualmente no reconoce a Juan Guaidó como Presidente Encargado. El detalle
es que estas supuestas elecciones que promueve esta misión, así como algunos
diputados que en teoría acompañan a Guaidó, se tendría que realizar con el
mismo Consejo Nacional Electoral (CNE) nombrado por Nicolás Maduro, con el
mismo padrón electoral “inflado” por Hugo Chávez que le dio la presidencia después
de 2004, con la venia de la oposición que llamaba a las calles a protestar. El mismo
CNE que ha usado el voto electrónico con Smartmatic,
la empresa que ha denunciado la manipulación de elecciones recientemente y que,
obviamente nos hace preguntar si todas nuestras denuncias previas sobre el
resto de las elecciones son ciertas.
Paralelamente trasciende un tuit del propio Borrell donde
muestra una foto desayunando con George Soros, el que se ha enriquecido de la
especulación y relaciones con gobiernos, entre ellos, el NarcoEstado que
gobierna desde Cuba a Latinoamérica. Un detalle, también ha trascendido a la
prensa internacional la relación entre Soros
y la empresa Smartmatic.
Justamente hoy, luego de 20 años de dictadura, leemos a Arturo Sosa, el papa negro de los jesuitas, otrora abajo firmante en un manifiesto de bienvenida a Fidel Castro a la Venezuela de 1989, que el país tiene una situación crítica. Poca broma haría con ésto, pero sí, el segundo al mando de Bergoglio, quien no ha reconocido a Guaidó como Presidente, espera que haya una salida pacífica y electoral. Luego de 20 años de tiranía y más de 300 mil muertos, represión, presos políticos, torturados, asesinados, desaparecidos, exiliados, miseria en todos los sentidos, corrupción a todos los niveles... "situación crítica". Es absolutamente vergonzoso...
Justamente hoy, luego de 20 años de dictadura, leemos a Arturo Sosa, el papa negro de los jesuitas, otrora abajo firmante en un manifiesto de bienvenida a Fidel Castro a la Venezuela de 1989, que el país tiene una situación crítica. Poca broma haría con ésto, pero sí, el segundo al mando de Bergoglio, quien no ha reconocido a Guaidó como Presidente, espera que haya una salida pacífica y electoral. Luego de 20 años de tiranía y más de 300 mil muertos, represión, presos políticos, torturados, asesinados, desaparecidos, exiliados, miseria en todos los sentidos, corrupción a todos los niveles... "situación crítica". Es absolutamente vergonzoso...
Richard Branson, vestido del Ché Guevara |
Pero hay más.
El mes de febrero y el fin de semana se asoma con el 23, en el que se le cumple el plazo a Nicolás Maduro y, justamente el día anterior el multimillonario Richard Branson ha organizado un macroconcierto en la frontera colombovenezolana, del lado de Colombia, claro está, a fin de recaudar fondos para contribuir a la “ayuda humanitaria” que también ha promovido el gobierno interino de Guaidó. Un Branson que ha sido criticado, y no sin razón, por usar las camisetas del Ché Guevara, el mismo que ha alabado y ensalzado sin cesar la izquierda española. Muchos han salido en su defensa por el uso de la imagen con fines comerciales, obviando vergonzosamente que se trata de un genocida, responsable del asesinato de inocentes y que disfrutaba haciéndolo. Me pregunto qué nos está pasando, ¿la banalidad del mal? (gracias Flor Izcaray por recordarnos a Hannah Arendt).
El mes de febrero y el fin de semana se asoma con el 23, en el que se le cumple el plazo a Nicolás Maduro y, justamente el día anterior el multimillonario Richard Branson ha organizado un macroconcierto en la frontera colombovenezolana, del lado de Colombia, claro está, a fin de recaudar fondos para contribuir a la “ayuda humanitaria” que también ha promovido el gobierno interino de Guaidó. Un Branson que ha sido criticado, y no sin razón, por usar las camisetas del Ché Guevara, el mismo que ha alabado y ensalzado sin cesar la izquierda española. Muchos han salido en su defensa por el uso de la imagen con fines comerciales, obviando vergonzosamente que se trata de un genocida, responsable del asesinato de inocentes y que disfrutaba haciéndolo. Me pregunto qué nos está pasando, ¿la banalidad del mal? (gracias Flor Izcaray por recordarnos a Hannah Arendt).
No sé qué ocurrirá el día 22, pero me recuerda un concierto
anterior, hace poco más de 10 años impulsado por Juanes contra una amenaza de guerra
de Hugo Chávez al pueblo colombiano. Esta vez todo es distinto, es aún más
grave, la situación del venezolano es terriblemente dramática y, finalmente
conocida (y reconocida) por el mundo entero.
Los ojos del planeta estarán sobre este macroconcierto. Pero
lo fatuo, la farándula, el brillo y las lentejuelas no pueden ocultar lo
realmente importante, el día después, cuando el NarcoRégimen cumple
con un deadline detrás del que están las tropas norteamericanas y, como dijo el
senador Marco Rubio, cuando las tropas de Estados Unidos se mueven el mundo lo
sabe.
Eso esperamos, de corazón.